jueves, 19 de abril de 2018

Los Estados de Un solo Partido


resumen parcial del libro de David Icke Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES (pag. 310/311) Vi un programa de televisión hace unos años sobre la investigación del comportamiento animal, un experimento en el que se colocó a un ratón en una red de tubos de vidrio. Cada pocos segundos llegaba a un cruce y tenía la opción de ir hacia la izquierda o la derecha. El ratón pensó que era libre de ir donde quisiera, pero en realidad las opciones eran estrictamente controladas. Su libertad era una ilusión. A la raza humana hoy en día se le ha permitido ser como el ratón en los tubos. Los manipuladores multidimensionales son muy inteligentes en el uso de palabras de moda. Las unen para crear un significado aceptado, que a menudo es lo contrario de la situación real. Si usted dice algo con suficiente frecuencia, la gente va a creerlo. La palabra "libertad" ha sido equiparada con "democracia", y la democracia es identificada con los sistemas de gobierno en el "mundo libre". Estamos programados para ver los tres elementos de libertad - democracia – congreso como la misma cosa. No lo son. Los sistemas 'democráticos' forman parte de la cortina de humo diseñada para engañarnos. Si usted sabe que vivimos en un régimen autoritario que controla nuestros pensamientos y comportamientos, los medios de comunicación, y los altibajos económicos, el deseo de libertad en el corazón humano eventualmente se va a rebelar en contra de esto. Las personas son mucho más fáciles de controlar y suprimir, si esto se hace mientras siguen pensando que son libres. Tal es la naturaleza de nuestra "democracia". En los Estados Unidos, tengo entendido, todavía hay algunas personas que creen que el público elige al presidente. Si tan solo fuera verdad. Dos cosas seleccionan al presidente: el dinero y los medios de comunicación. La Élite controla ambos. Usted necesita fantásticas cantidades de dinero para correr por la nominación presidencial dentro de su propio partido, ya no se diga la presidencia misma. Sólo el establecimiento bancario/empresarial tiene esos recursos y su dinero se destina a quien ellos quieren. A veces también se destina a un candidato que saben que no tiene ninguna posibilidad de ganar debido a que se asegura de que su rival - que es el realmente quieren - será el próximo inquilino de la Casa Blanca. Añádase a esto la cobertura de los medios de comunicación que apoyan a un candidato y socavan al otro, y usted tiene una elección fraudulenta promovida como proceso democrático. Una vez que el candidato es elegido, es tiempo de devolver el favor. Los que pagan llevan la voz cantante. Algunas legislaciones y el acuerdo para seleccionar a ciertas personas en las principales posiciones dentro de la administración son arregladas antes de que los fondos para las elecciones comiencen a fluir. Hágale una llamada a Rockefeller y pregúntele quien va a ser el próximo presidente. Él lo sabrá. El y otros son mucho más poderoso que un primer ministro o presidente. Ellos no tienen que ser populares porque el público no sabe que existe ni lo que hacen. Pero los políticos sí tienen que cortejar la popularidad, sobre todo en época de elecciones. Esto los convierte en presa fácil para el poder oculto. Los políticos y los medios de comunicación perpetúan una ilusión y así desvían la atención de aquellos que realmente manejan el mundo. Los políticos dan la impresión de que ellos tienen el poder y los medios de comunicación apoyan este gigantesco fraude reportando sobre los eventos y decisiones, como si los políticos fueran la última sanción. Hora tras hora tenemos a los presidentes, primeros ministros, y sus subordinados, retratados y citados. Se les ve reunidos en las ‘cumbres’ y haciendo declaraciones acerca de eventos sobre los cuales tienen poco o ningún poder. Pero el público tiene que ser persuadido por los medios de comunicación de que los políticos elegidos son los que toman las decisiones globales. Si no aceptamos esa ilusión, empezamos a hacer preguntas acerca de quién realmente controla los eventos. Los medios de comunicación reportan al mundo como si los políticos estuvieran en la cima de la pirámide, cuando son sólo títeres, lacayos obedientes para aquellos que están realmente en la cumbre. Como resultado, aquellos que controlan nuestras vidas pueden permanecer en las sombras mientras que aquellos que sólo parecen estar en el poder están constantemente enfocados. El desvío está brillantemente orquestado. Es de vital importancia para aquellos de nosotros que viven en las 'democracias' darnos cuenta de que lo que hacemos, en realidad, es vivir en un Estado de Un solo Partido. Cuando seremos conscientes de que vamos a dejar de ver a los políticos para que éstos nos digan qué hacer, y empezar a pensar y actuar por nosotros mismos? Vamos a dejar de creer que al votar por un partido diferente en tiempo de elecciones vamos a cambiar algo sustancial. Los políticos de cualquier partido no van a cambiar el mundo porque no son más que peones. Todos tenemos que asumir esa responsabilidad y dejar de entregar nuestro poder a "ellos", los políticos, economistas, y todo aquel que lo quiere tener. La ilusión de que tenemos una "elección" de quien nos gobierna nos seguirá persuadiendo a entregar nuestra responsabilidad a menos que estemos atentos a que no tenemos esa opción. Todos los movimientos políticos son controlados por la misma fuerza, no hay ninguna "opción” para el elector. Este es el caso con los Partidos Republicano y Democrático en los Estados Unidos, sede de la "libertad", como nos están diciendo constantemente, en realidad es un Estado de Un solo Partido. Así es también el Reino Unido. No hay ninguna diferencia fundamental entre los Partidos Laborista y Conservador. Es imposible votar por un partido en Gran Bretaña que tenga alguna posibilidad de formar un gobierno que no esté a favor de una mayor centralización del poder en Europa, con una moneda y un banco central. Estoy seguro de que usted encontrará los mismos problemas en todo el mundo. Cuando la gente vota a otros partidos más pequeños, que ofrecen una alternativa, está perdiendo el tiempo. Si los partidos que tienen alguna posibilidad de ganar no se ponen de acuerdo sobre los principios fundamentales, las elecciones se convierten en algo irrelevante, una farsa.

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